Tanto para mantener la salud como para evitar la enfermedad, el ser humano debe estar en equilibrio con el medio que le rodea. El orden natural de las leyes de la naturaleza hacen que todo fluya a través del individuo y de todo aquello que le rodea. Este estado es sinónimo de equilibrio y salud. Mantener libre de cualquier alteración este orden natural, tiene un fin preventivo, y es mantener el buen sentir en un espacio interior gracias al equilibrio orgánico. Un buen diseño en cuanto a estructura de espacios (colores, tamaños, formas, etc.) y una organización de objetos, tienden a favorecer el disfrutar de cada lugar, poniendo verdadero énfasis en la simplicidad.
Un inmueble (bien sea para habitar en él, o para preparar su imagen de presentación previa a su comercialización) debe contar con una correcta localización e integración de un espacio dentro de un ambiente, y conseguir que sus ocupantes o visitantes experimenten sensaciones de armonía, salud y vitalidad. Hacer un correcto estudio de la estructura, los colores, la luz, o las formas y materiales que se dispongan en cada interior, incide directamente en la transmisión de sensaciones por estos, y por tanto en la emisión de emociones a los individuos.
De no existir este orden, podrían producirse manifestaciones somáticas que alterasen la percepción de sentirse en un hogar insalubre. Tener en cuenta las leyes del orden mediante la simetría, proporción, forma, luz, color y distribución, mejorará la calidad de vida de quien lo aplica. Los espacios y las personas están relacionados e ínter-conectados llegando a hacer sentirnos cómodos y relajados o todo lo contrario; por tanto los mensajes conscientes e inconscientes que con ellos se transmita estarán presentes en la psiquis de cada individuo, llegando a frenar los objetivos que estos pudiera tener. Sin duda en alguien que tenga intención de adquirir un inmueble, le restará interés si es este el caso, mientras que si es en alguien que esta “acomodado” en su hogar, le restará sensación de experimentar plenitud.
El preparar un espacio no es solo lo puramente estético: colores y texturas; lo estático también juega un papel importante: proporción y materia; y entre ambas generar un buen fluir energético: sensaciones y emociones.